Las mujeres más poderosas del mundo

             “Haber marginado la aportación de las mujeres en el mundo de la toma de decisiones y resolución de conflictos nos ha llevado al difícil momento económico, laboral y social en que nos encontramos”

Las mujeres son el gran recurso no utilizado que puede ayudar a la economía global a recuperarse y expandirse”, ha dicho Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, y recalcó que entre los beneficios que han aportado las mujeres en puestos de relevancia, se manifiestan una mayor estabilidad política, menos conflictos militares, más acceso a los alimentos y mejores oportunidades de educación para los niños.

                Angela Merkel, Casiller alemana y Christine Lagarde (Directora del Fondo Monetario Internacional) tienen en sus manos el máximo poder económico de la actual crisis que afecta a la zona euro y están a la cabeza de las mujeres poderosas del mundo (Ranking anual de la revista Forbes), junto con la presidenta brasileña Dilma Rousseff. La única representante española en el puesto setenta y siete es la consejera delegada de la filial del grupo Santander en Reino Unido, Ana Patricia Botín.

En esta lista se incluye a ocho jefas de Estado, entre ellas la argentina Cristina Fernández Kirchner y la costarricense Laura Chinchilla, así como casi una treintena de ejecutivas en Consejos de Administración empresariales. Todas ellas con una media de edad de 54 años y de las cuales casi una cuarta parte están solteras.

De los anteriores apuntes se pueden obtener muchas lecturas. Entre otras que, las mujeres somos las llamadas a tirar del carro en momentos y circunstancias de graves dificultades económicas a las que hemos llegado por pésimas gestiones previas de otros.

Otra interesante reflexión es el alto grado de preparación exigido, comparando curriculum entre los predecesores ocupantes de los mismos cargos encontramos que en el caso de los hombres su historial es más político, de Partido y honores que académico y laboral.

Y una tercera curiosa apreciación es su soltería. Se ve que el estado civil de las mujeres es relevante a la hora de ocuparse de la “cosa” pública, detalle que en el caso de los hombres parece no contar la situación familiar para que les pueda restar dedicación.

El hecho de haber marginado la aportación de las mujeres en el mundo de la toma de decisiones y resolución de conflictos nos ha llevado al difícil momento económico, laboral y social en que nos encontramos y que, sin ánimo de aportar pesimismo, tardará más de una generación en resolverse. «Periódico CARRIÓN, 16 de diciembre de 2011!

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