Tanto si llegas en tren, en avión o sobre ruedas en cualquiera de sus formatos, la ciudad nos recibe en medio del bullicio, la cortesía y su vitalidad. En las horas punta, entre sus habitantes, los que circulan por sus calles y transportes públicos, predominan los que visten traje europeo, con camisa de cuello duro, portando maletines y conversando desde sus móviles.