Nuestra Marta

Marta, mujer, palentina.

La mejor atleta del mundo de todos los tiempos


El brillo competitivo de España en el ámbito deportivo mundial (Marta, Nadal, Gasol, “La Roja”, etc.) no deja de ser un destello hiriente, acaso insoportable, para muchos ojos que nos observan y disfrutarían de lo lindo si nos cae un manchurrón y meten al saco todos nuestros éxitos. De momento solo se reduce a “sospechas” que habrá que demostrar con claridad meridiana.

Marta ha llevado el color de Palencia en su escudo y su anagrama. Con orgullo se ha confesado “Palentina” y nos ha puesto un lugar en el mapamundi. Palencia, Castilla y León y España al completo, le debemos mucho a Marta.

Tal vez Marta nació para “correr”, para ser una estrella o una diosa, y está claro que asumió el encargo con tal poderío y fuerza de voluntad que desde los nueve años en que comenzó su carrera aún no ha parado. Ni un momento de resuello, ni un momento de desmayo.

Aún hoy, envuelta en una extraña maraña de connotaciones ¿quién sabe, si acaso hasta internacionales? Marta no desfallece, luce su rostro sonriente de futura mamá y todopoderosa afirma con decisión que un día volverá a la pista.

Pero es que por encima de todo, Marta Domínguez Azpeleta es una PERSONA con un DERECHO INALIENABLE de PRESUNCIÓN DE INOCENCIA. Quienes pretendan imputarla deberá demostrar su culpabilidad y no al revés. De hecho, la fiscalía de Madrid considera «imposible» procesalmente el desdoblamiento de Domínguez en testigo e imputada por una misma causa. «Desde la fiscalía mantenemos que eso es imposible y que las declaraciones de Domínguez como testigo pueden ser anuladas», dice un portavoz. «Hemos ordenado a la fiscal de la sala que estudie si pedimos la nulidad».

Y en la oscura red de la “Operación Galgo” hay un médico deportivo, y un técnico deportivo que tal vez sepan mucho de esas “cosillas” que se debaten, y otros muchos nombres que no brillan pero están. Los atletas ya bastante tienen con prepararse para las marcas como para andar de mercachifles y trapichantes.

Los palentinos, castellanos y leoneses, no debiéramos entrar al trapo de las sospechas y decididamente saltar con pasión en defensa de Marta (Si fuera Catalana ya estaría su rostro permanentemente en el balcón de la Generalitat). Seguimos siendo tierra de todos y de nadie, de cráneos machacados por los cascos imperiales llevándose nuestro orgullo y nuestro pan. Ya es tiempo de dejar de excusarnos por ser palentinos. Estar del lado de Marta con decisión, en vez de echar más leña al fuego que está quemando lo nuestro, es lo que nos honra.

Mientras no se demuestre, si eso llega, que Marta haya participado personalmente en algo rotundamente irregular, Marta es total y absolutamente inocente. Y después a resultas, ya veremos. No tenga que venir otro Assange un día a contarnos algún “cuento”. «Periódico CARRIÓN, 1ª quincena  de enero de 2011»