¡La Selección Nacional al poder!

Confieso mi ignorancia y entono el «mea culpa»: no entiendo casi nada de fútbol, a pesar de los denodados propósitos de todas las cadenas de TV, de las emisoras de radio y los titulares de prensa, de las conversaciones de bar y de calle e incluso de las pacientes y concienzudas explicaciones de más de un generoso amigo que no comprende cómo me puedo perder semejante placer.

Nunca llegué a entender el fenómeno sociológico llamado fútbol y al cielo pongo por testigo que de veras lo he intentado con esmero y con denuedo.

Así las cosas, capto mucho mejor la afición por un «cigarrito de la risa» que un cabreo sordo, una respuesta vociferante y malencarada o una sentada de sofá, mando en ristre, con los ojos exorbitados, las posaderas a medio asentar y el grito ahogado en la garganta para celebrar o recriminar con la misma intensidad, una emoción determinada por el recorrido que haga una pelota.

Lo de la «Tarjeta roja al maltratador» dicen los publicistas que es buena campaña, yo hubiera preferido que les dieran un capón o una colleja pero parece que así todo el mundo, menos unos pocos, debe saber  lo que significa sacar tarjeta roja, algo me suena de escucharlo en los mundiales y los insultos que le caen al árbitro cuando la saca.

Hoy, día de las Elecciones Catalanas, tengo además un nuevo descubrimiento sobre el que tendré que reflexionar. Un  candidato a cargo político que lo único que lleva en su haber es la proyección pública de haber sido entrenador de un equipo de fútbol, obtiene, nada menos que cuatro escaños en el Parlament Catalá.

Visto el panorama solo cabe preguntarnos ¿Y por qué no hacemos ministros a los futbolistas? a estas alturas de confusión mundial ante la crisis económica sobre la que no hay analista que se ponga de acuerdo con nadie y vista la falta de preparación física y mental de los del G-20, tal vez se resolviera mejor por profesionales sobre un campo de hierba, por lo menos algunos han demostrado que saben hacer su trabajo.

Partidos políticos, partidos de fútbol, partidos al fin.