Y después qué…

            Esta rebelión de la biología contra la humanidad comienza a dejar entrever escalofriantes fallos en la organización social. Tal vez lo más candente hayan sido las circunstancias en las que viven internados nuestros mayores, nuestros padres, nuestros abuelos. El escandaloso negocio de las residencias privadas, sobre todo en Madrid, requerirá una estricta regulación y un intensivo control de estas instalaciones. En el urbanismo capitalista salvaje no cabe el abuelo y estaría solo todo el día, la población vive estresada y se concentra en miniviviendas. Con lo extenso que es el planeta nos apiñamos en urbes inhóspitas y despoblamos el campo. La España vaciada podrá ser la alternativa, si es que sus habitantes cambian la mentalidad y acogen en buena lid a los foráneos. Porque el teletrabajo ha venido para quedarse, se podría residir en cualquier territorio y desaparecerían los conglomerados de oficinas, además, se ahorrarían alquileres, energía, limpieza, desplazamientos y contaminación. Otra lección es la debilidad del empleo, puestos de trabajo que no se volverán a recuperar, destrucción masiva de medios de vida, lo que nos lleva irremediablemente a una paga básica, que ya reclamó hace años el multimillonario Warren Buffett, si las maquinas sustituyen al hombre, que las máquinas mantengan al hombre. La sanidad pública ha demostrado su inmenso valor, la que tiene los medios y la capacidad, la que es igual para todos. En EEUU, adalid de la civilización, mueren en casa porque les echan de los hospitales si no tienen dinero, igual en Nueva York que en Ecuador, por las calles. Mucho que aprender, mucho que remediar. Cuando todo esto pase, y si la ultraderecha no logra emponzoñar el entendimiento de los ciudadanos, el mundo inteligente deberá volver la vista al ser humano y al planeta.

Diario Palentino, 12 de abril de 2020.

 

Comprensión verbal, cero patatero

http://spiter.blogia.com/2010/101701-entre-tontos-anda-el-juego.php¿Será verdad que no entendemos bien nuestro idioma?

            El famoso informe PISA (Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes) decía que los españoles teníamos dificultades para la comprensión verbal y escrita. Dato éste que aprovechó hasta la saciedad el Ministro Wert para imponernos su reforma deseducativa.

            Centrémonos en el dato, no es que el gobierno nos camufle lo obvio, ni los datos del desempleo, ni las cifras de recesión económica, ni las leyes que nos machacan los derechos personales y ciudadanos, lo que pasa está muy claro, es que los españoles no entendemos bien los mensajes, tenemos graves dificultades de comprensión y nos hacemos a la idea de que están ocurriendo cosas que no existen, ¡vamos! que vivimos en un estado de paranoia permanente.

            Una de las máximas más tópicas pero eficientes que han de tener presente los malos gobernantes es: “repite el mensaje hasta la saciedad y acabará siendo verdad”. Incluso los tribunales se rebelan contra la privatización de la sanidad pública, pero…, es que somos lentitos de comprensión y no entendemos lo que la calidad mejorará cuando preste el servicio una empresa intermediaria a la caza del máximo beneficio económico, no social. Qué las listas de espera se disparan, qué un millón de habitantes se queden sin atención médica, qué enfermos dejen de medicarse porque no pueden pagarlo, todo eso son imaginaciones nuestras.

            Wert, el autoclificado “portento de humildad” que se ríe hasta de su madre, repite y repite y repite como la berza, que la enseñanza discriminatoria y clasista que nos ha colocado va a conseguir mejorar nuestra nota en los próximos informes PISA. Lo que vemos son estudiantes y escolares de base que se quedan sin becas, sin ayudas para libros de texto y sin poder pagar los comedores ni matrículas. Y es que no entendemos lo que nos conviene.

            El gallardo Ministro que persigue a las mujeres como un cura malo, es como el maltratador que la pega porque la quiere, para que no se haga daño a sí misma con la libertad convertida en libertinaje. Nos quiere proteger de nosotras mismas. ¡Cuán ingratas somos! Y los españoles ¡qué cortos!

«Diario Palentino, 12/01/2014»

 ’La verdadera persona inteligente es la que aparenta ser tonta delante de una tonta que aparenta ser inteligente’