Estaba un pescador vaciando los reteles en un cubo cuando un hombre que lo observaba preguntó: “¿no tiene usted miedo a que se le escapen?”, a lo que el pescador respondió: “no ve que cuando uno quiere llegar al borde otro lo agarra con su pinza, y a éste otro hasta que caen los tres”. Está pasando en el PSOE. Pedro Sánchez ha querido desmontar el chiringuito urdido durante tantos años por los divinos. Ha sido desconsiderado al saltarse las jerarquías para dirigirse directamente a los afiliados, ya quemados al ver como se desvirtúan sus votos mientras ruedan entre los múltiples órganos, organillos y compromisarios de congresos y congresillos. Los magníficos históricos se recrean en su narcisismo de supremos hacedores y se arrogan el poder de decidir desde arriba. Todo está controlado: agrupaciones, federaciones, listas de afiliados, recursos mediáticos y materiales, todo intervenido para racionar al insumiso hasta el agua. Del caldero solo sale el cangrejo o la cangreja que ellos decidan sacar. Mucho se ha esforzado Pedro, pero no ha conseguido ni tocar con la punta de los dedos las llaves del cielo. No tiene nada que hacer más que aplaudir a su sucesor/a cuando toque. El aparato remallará las redes rotas mientras Cs y Podemos se reparten a los descontentos. El PP ni habla del tema, que no se distraiga el adversario tan entretenido como está sin aprovechar para poner cada día en la palestra la ignominiosa corrupción que no cesa y erigirse de nuevo en defensor de las candentes causas ciudadanas. Ante el panorama de pasividad de partidos y sindicatos, los ciudadanos, hartos ya de tanta milonga negligente, salimos con nuestras proclamas a la calle, masivamente, como setas, por generación espontánea.
«Diario Palentino, 25 de marzo de 2018»