El Ministro de Injusticia

Ruiz-Gallardon-y-la-justicia“Un gobierno que atenta contra los inocentes y protege a los criminales”

      Terco  e intolerante como corresponde a cualquier ultra. Da la sensación de que ha pasado la vida esperando el momento de tocar poder para imponerse contra toda opinión. En su mundo no existe nadie ni nada más que sí mismo. Ególatra tan empoderado de sí como irrespetuoso con el resto de la humanidad. Ni con los propios abre una brecha de debate. No le importa dividir la formación política que le ha criado. Es capaz de llevarse por delante vidas humanas, sentimientos, sufrimientos. “Después de mí, el Diluvio”, que dijo en vísperas de la Revolución Francesa, Luis XV, el absolutista rey francés más zángano de la historia.

       Le resbalan las críticas de los ciudadanos. Nada le importa que la inconmensurable deuda dejada a su paso por el ayuntamiento de Madrid esté lastrando el déficit público que ahora absorberá el ahorro contable de municipios bien gestionados. Carece de empatía hacia el sufrimiento ajeno, sea de mujeres, de discapacitados, de víctimas de todo tipo de abusos administrativos, sancionadores, policiales, etc., que no pueden defenderse porque deben pagar unas tasas judiciales inalcanzables. Regala el Registro Civil a los registradores de la propiedad para dar de comer a los amiguetes, un poco “arruinados” con el fin del mercado inmobiliario. Habrá que pagar hasta para inscribir el nacimiento de los hijos.

     Su guerra particular contra las mujeres, contra las libertades, contra la independencia de los jueces en el ejercicio de su función, hasta contra la Justicia Internacional que también se ve atentada por este psicópata antisocial obsesivo cuyo único trabajo es legislar ansiosamente contra todo lo que suene a Justicia propiamente. Tiene sus jaleadores de la categoría del siniestro Rouco y sus paranoicos secuaces. Es posible que también regalen los oídos los ultras, guerrilleros de Blas Piñar o de Sánchez Covisa y otras aterradoras “falanges” que nunca llegarán, esperemos, pero que dan mucha guerra.

     La oposición parlamentaria debiera aprovechar este valor, da votos y hasta la mitad del programa hecho: Derogar la ley del aborto, proteger a los más débiles, facilitar el acceso a la Justicia a todo ser humano, sanear los destrozos económico financieros de las instituciones por donde pasan este tipo de bárbaros sin escrúpulos que “ponen la mano en el fuego” por cualquier corrupto de su grey y palos en las ruedas de quienes les juzgan.

«Diario Palentino, 16/02/214»

 

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