Líderes e iluminados

obesos y famelicosHoy son los que han demostrado mayor empeño y astucia para deshacerse de sus rivales. Allá fuera las fieras campean por sus fueros; las desgracias, el hambre en el mundo, las crisis, la pobreza, la agonía del planeta, no merman.En los tiempos primitivos, cuando éramos puro instinto y simples supervivientes, el líder natural surgía per se. Era aclamado y reconocido debido a sus cualidades aptas para defensa de su grupo tribal. Era aquél que demostraba con sus actos capacidad suficiente para salvaguarda y conservación del individuo y del conjunto humano del que formaba parte. Hábil para buscar el alimento, para poner en práctica estrategias de supervivencia, para sortear los constantes peligros con los que la naturaleza y sus seres vivos se acechaban unos a otros en la impiedad de la lucha permanente por la conservación.

No existe comparativa con nuestros dirigentes actuales, no son el equivalente. No suelen ser el candidato natural ni el elegido por su grupo, sino el iluminado de diseño que responde a otros intereses. Son en su mayor parte los que han demostrado mayor empeño y astucia para deshacerse de sus rivales. Así, allá fuera las fieras campean por sus fueros, las desgracias, el hambre en el mundo, las crisis, la pobreza, la agonía del planeta, no merman. No hay líderes naturales defendiendo al grupo humano y su hábitat, mucho menos al individuo.

Los ideales han quedado como mero soporte de programas electorales que acaban siendo panfletarios, evocan bonitos sueños que enganchan, porque la humanidad desesperanzada ante el empeoramiento progresivo y acelerado de buena parte del entorno, necesita creer en paraísos nuevos que sustituyan aquellos que las religiones crearon en su día y que hoy han conseguido desmontar desde el mal ejemplo de sus cúpulas, ocupadas también por políticos con su programa de poder debajo del brazo y sus pregoneros apocalípticos.

La historia se repetirá. Los bizantinos discutían sobre el sexo de los ángeles cuando les sorprendieron los turcos. Hoy nuestros poderosos iluminados se sientan alrededor de ostentosas mesas para debatir sobre las salidas a la crisis provocada por su culpa in vigilando, y llegarán los chinos a dar para el pelo a esta nuestra civilización decadente y egocéntrica. Ellos silenciosamente irán imponiendo un nuevo marco económico y político mundial, porque donde no hay orden se pone solo«Diario Palentino, 8 de noviembre de 2009»

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