«Los ciudadanos nos convertimos en sus manos en un mero instrumento electoral, nos tratan de torpes, ingenuos y desmemoriados»
Con su sola ideología como elemento de captación electoral la derecha nunca conseguiría acceder al gobierno en una democracia cuya base de funcionamiento consiste en un voto por cabeza. El pensamiento conservador apenas ha evolucionado a lo largo del tiempo, sigue atendiendo a intereses elitistas y minoritarios entre los que no tienen cabida políticas reales y prácticas orientadas a la justicia social, la distribución equitativa de la renta, la igualdad de oportunidades y la atención a aquellos miembros de la sociedad que disponen de menos recursos materiales, culturales, físicos y psíquicos.
La comprobación es muy sencilla, allí donde gobierna la derecha conservadora se produce un camino sin retorno hacia la sustitución de los servicios públicos por su prestación a cargo de empresas privadas previo pago individual. La mayor claridad la tenemos al observar los dos pilares básicos de la sociedad del bienestar: salud y educación.
Las preguntas y las respuestas son muy sencillas:
1ª.- Pregunta: ¿Por qué proliferan las entidades privadas que prestan estos servicios?
– Respuesta: porque los ciudadanos las demandamos y nos apuntamos.
2ª.- Pregunta: ¿Y por qué las demandamos?
– Respuesta: Porque los servicios prestados en la sanidad y en la educación públicas dejan mucho que desear y queremos lo mejor para nosotros y nuestra familias.
3º.- ¿Porqué dejan mucho que desear?, porque no reciben suficientes recursos económicos y medios materiales para obtener una calidad suficiente que permita a los profesionales ejercer su función adecuada y suficientemente. Véase el conflicto de los «diez minutos por paciente» entre médicos y SACYL, o las interminables listas de espera, véase la deficiente gestión en cuanto a medios materiales para la enseñanza obligatoria, lo que provoca una fuerza centrifuga de escolares hacia la enseñanza privada.
4ª.- ¿Qué hace la derecha al promover los servicios privados adelgazando los públicos?, su fin y función más características derivar dinero público para fomentar la empresa privada, lo que nos hace pagar dos veces por los mismos servicios, una por vía de impuestos supuestamente para cubrir esos servicios y otra por vía de suscripción privada para tener lo que en la administración pública no se nos da a pesar de tenerlo ya pagado.
Lo mismo ocurre con las pensiones de jubilación, viudedad, etc., bajo los gobiernos conservadores se congelan, adelgazan, merman hasta la imposibilidad de mantener dignamente a quienes pasaron toda su vida trabajando y cotizando para tener un seguro de futuro en la bien ganada vida laboralmente inactiva. Pero a cambio las entidades aseguradoras privadas hacen su agosto al ofrecer mejoras al sistema de pensiones público. Cada vez que retornan los gobiernos progresistas las cuantías de las pensiones públicas lo perciben claramente.
Las flagrantes contradicciones no están exentas en este doble discurso basado en el haz lo que digo pero no lo que hago. La guerra desatada por el conservadurismo de este país contra los matrimonios de homosexuales tuvo enseguida su respuesta en la celebración de estas bodas entre propios políticos del Partido Popular y celebradas también por sus correligionarios de esa formación que tanto protestó y denostó al gobierno que aprobó la medida, al igual que ocurriera en su día con la Ley de Divorcio tan exprimida para uso propio incluso por los mismos políticos conservadores.
Y es que la realidad de los hechos, la forma de proceder cuando tienen ocasión no lo pueden contar en un discurso electoralista, necesitan revestir los mensajes y hablar en términos de calado social, utilizar vocablos con un alto grado de aceptación en «el pueblo», términos como – solidaridad-, -seguridad-, -justicia-, etc. Palabras que captan reacciones de simpatía en el subconsciente cerebral de los votantes.
Para este fin no les importa mentir, ya lo decía Hitler, convencen más las mentiras creíbles que las verdades increíbles, y para que una mentira parezca verdad solo hay que hacer una cosa, repetirla, repetirla, repetirla todos los días, hasta la saciedad. Los ciudadanos nos convertimos en sus manos en un mero instrumento electoral, nos tratan de torpes, ingenuos y desmemoriados. Para remate nos colocan delante de los ojos un video elaborado en todos sus aspectos y contenido de acuerdo con los cánones de la publicidad fascista de posguerra, y en él incluyen imágenes de sus propios excesos policiales. Definitivamente nos tratan de tontos. ¿Qué confianza puede merecer a los electores el doble juego del Partido Popular? ¿Cuantas cartas más tienen en la manga? «Diario Palentino, 19 de noviembre de 2006»